que tu trabajo era más importante que la familia, que incluso sabiendo que la boda era en Casa Esmeralda, habías programado un evento corporativo importante para ese mismo fin de semana y que no podías cancelarlo. Las mentiras se acumulaban como piedras en mi estómago. No había ningún evento corporativo ese fin de semana. De hecho, había bloqueado específicamente todas las fechas posibles que Sofía había mencionado para su boda, asegurándome de que Casa Esmeralda estuviera disponible exclusivamente para ella. Sofía, nada de eso es verdad.
No hemos discutido. No hay ningún evento corporativo y jamás, escúchame bien, jamás elegiría el trabajo sobre tu boda. Eres como una hermana para mí. Entonces, ¿por qué, Ricardo? Sofía no terminó la pregunta, pero ambas estábamos pensando lo mismo. No lo sé, pero voy a averiguarlo. Sofía, ¿quién más sabe sobre esto? Toda la familia. Mi mamá estaba furiosa. Dijo que esto confirmaba lo que siempre había pensado sobre ti, que eras una mujer sin valores familiares. Miguel dijo que Ricardo merecía una esposa mejor.
Incluso algunos primos comentaron que era una falta de respeto que ni siquiera por ser en tu hotel hicieras el esfuerzo de asistir. Cada palabra era una puñalada. Mi reputación en esa familia, ya de por sí frágil, había sido completamente destruida por las mentiras de mi propio esposo. Y Andrés, ¿tu prometido que dice? Pregunté buscando algún aliado en esta pesadilla. Andrés está tan confundido como yo. Él te aprecia mucho, Valeria. De hecho, fue él quien insistió en que te llamara para aclarar las cosas.
Dijo que no le cuadraba que fueras ese tipo de persona. Bendito Andrés. Al menos alguien tenía sentido común en esa familia. Sofía, escúchame. Voy a llegar al fondo de esto, pero necesito que me hagas un favor. No le digas a Ricardo que hablamos. Todavía no. Necesito entender qué está pasando antes de confrontarlo. Valeria, ¿crees que no? No puede ser. ¿Qué cosa? Sofi, ¿crees que Ricardo esté? No, olvídalo. Es una locura. Pero yo sabía exactamente lo que estaba pensando, la misma sospechable que comenzaba a formarse en mi mente.
Sería posible que Ricardo estuviera planeando asistir a la boda con otra persona. Después de colgar con Sofía, me quedé sentada en mi oficina durante lo que parecieron horas, aunque probablemente fueron solo minutos. Mi mente repasaba cada detalle de los últimos meses buscando señales que hubiera ignorado. Las llegadas tarde, las excusas sobre proyectos importantes, la distancia emocional, la falta de intimidad que había atribuido al estrés. Tomé mi teléfono y revisé el calendario compartido que Ricardo y yo teníamos.
⬇️Para obtener más información, continúa en la página siguiente⬇️
Aby zobaczyć pełną instrukcję gotowania, przejdź na następną stronę lub kliknij przycisk Otwórz (>) i nie zapomnij PODZIELIĆ SIĘ nią ze znajomymi na Facebooku.
