– Lavar las manzanas cuidadosamente bajo agua corriente.
– Pelarlas y quitarles las semillas.
– Cortarlas en cubos de tamaño similar para asegurar una cocción uniforme.
– Colocar los cubos de manzana en una olla grande junto con el agua y el jugo de limón.
– Encender el fuego a fuego medio y llevar todo a ebullición.
– Una vez que las manzanas hayan comenzado a hervir, agregar la canela y la nuez moscada.
– Mezclar bien y reducir el fuego.
– Cocinar a fuego lento durante unos 30 – 40 minutos, revolviendo ocasionalmente, hasta que las manzanas estén blandas y se conviertan en una especie de compota.
– Cuando las manzanas estén lo suficientemente blandas como para poder triturarse fácilmente con un tenedor, apagar el fuego y usar un machacador de papas o un tenedor para triturar las manzanas hasta obtener una consistencia homogénea.
– Volver a colocar la olla a fuego lento y continuar cocinando, revolviendo frecuentemente, hasta que la mermelada se espese a la consistencia deseada.
– Esto debería tomar aproximadamente otros 15 – 20 minutos.
– Una vez alcanzada la consistencia deseada, retirar del fuego y dejar enfriar durante unos minutos.
– Transferir la mermelada aún caliente en frascos de vidrio esterilizados y sellarlos herméticamente. – Dejar enfriar completamente a temperatura ambiente antes de almacenar en el refrigerador.
– Agita bien la mermelada antes de usarla para asegurar una mezcla uniforme de los ingredientes.
– Almacena los frascos en un lugar fresco y oscuro para prolongar su vida útil.
