CONSEJOS:
Limones orgánicos: Utiliza limones orgánicos o no tratados para evitar residuos de pesticidas en la cáscara, ya que es parte importante de la mermelada.
Limpieza exhaustiva: Asegúrate de lavar los limones cuidadosamente con agua caliente y un paño limpio para eliminar cualquier suciedad o cera que puedan tener.
Rallado cuidadoso: Al rallar la cáscara de limón, ten cuidado de no raspar la parte blanca, ya que puede dar un sabor amargo a la mermelada.
Uso de la cáscara y el jugo: Asegúrate de utilizar tanto la cáscara rallada como el jugo de limón para obtener un sabor completo y equilibrado en la mermelada.
Cocción lenta: Cocina la mezcla de limón, agua y ralladura a fuego lento para que la cáscara de limón se ablande adecuadamente y se infunda con sabor.
Control de la cantidad de azúcar: Si prefieres una mermelada menos dulce, puedes ajustar la cantidad de azúcar según tus gustos.
Preparación de los frascos: Asegúrate de esterilizar los frascos de vidrio antes de envasar la mermelada para garantizar su conservación adecuada.
Almacenamiento adecuado: Una vez hecha la mermelada, guárdala en frascos limpios y herméticos en un lugar fresco y oscuro. Refrigerar después de abrir.
Siguiendo estos consejos, podrás disfrutar de una mermelada de limones casera deliciosa y llena de sabor. ¡Buen provecho!