Me vengué de mi prometido infiel dejándole “sorpresas” en su casa antes de marcharme – Ahora me manda mensajes rogándome que deje de hacerlo
“Dame unos días y me iré de aquí”, dije. “Tengo que sacar mis cosas. Hemos terminado”.
Dale tuvo la decencia de no seguir insistiendo.
“Una semana, Chloe”, dijo, tomando su bolsa y dirigiéndose a la puerta.
Aquella noche me fui a la cama pensando en todo lo que tenía que hacer; lo primero era cancelar mi boda y todo lo que ello conllevaba.
Pensé en mi vestido de novia, un vestido hecho a medida que iba a estar listo en dos semanas. Había que romperlo.
A la mañana siguiente, preparé café y me quedé mirando por la ventana de la cocina. Nunca había estado tan enfadada y desolada en toda mi vida.