Me vengué de mi prometido infiel dejándole “sorpresas” en su casa antes de marcharme – Ahora me manda mensajes rogándome que deje de hacerlo

Sólo para tropezarme con correos electrónicos esclarecedores con detalles gráficos con los que ningún compañero querría tropezar jamás.

Mientras revisaba los correos -sucias cartas de amor entre Dale y una mujer llamada Mandy-, él estaba en la cocina, preparándonos la cena.

Un portátil abierto a los correos electrónicos | Fuente: Unsplash

“¿Cuánto chile es demasiado?”, gritó Dale, ajeno a los secretos que estaba descubriendo.

“Tú decides”, dije, con el corazón roto mientras cerraba sus correos electrónicos y apagaba el portátil.

Una mujer sujetándose la cabeza | Fuente: Pexels

No sabía si debía ir furiosa a la cocina y montar una rabieta por los correos. Dale y yo íbamos a casarnos en apenas seis meses y ya habíamos enviado las invitaciones.

Al entrar en la cocina, mi prometido estaba cortando verduras y tarareando música que sonaba en el teléfono que tenía sobre la encimera.

Me di cuenta de que no soportaba su expresión.

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