Precalienta el horno a 190 °C (375 °F).
En un bol mediano, bate los huevos con una pizca de sal y la leche hasta que estén bien mezclados.
Sumerge cada rebanada de pan en la mezcla de huevo, asegurándote de que ambos lados estén cubiertos.
Coloca 3 rebanadas del pan sumergido en una bandeja para hornear cubierta con papel pergamino.
Cubre cada rebanada con queso mozzarella rallado, una rebanada de queso cheddar y una rebanada de jamón.
Cubre con las 3 rebanadas de pan restantes para formar sándwiches.
Vierte la mezcla de huevo restante sobre la parte superior de los sándwiches y espolvorea con el queso mozzarella adicional.
Hornea en el horno precalentado durante 10 a 12 minutos, o hasta que los sándwiches estén dorados y el queso se haya derretido.
Retira del horno y deja enfriar un poco antes de servir.
Más información
Estos sándwiches de desayuno no solo son rápidos y fáciles de preparar, sino que también son increíblemente versátiles. Puedes personalizarlos agregando tus ingredientes favoritos, como espinacas, tomates u otros tipos de queso. Son perfectos para un desayuno rápido o una comida sencilla y satisfactoria a cualquier hora del día. La combinación de queso derretido, jamón sabroso y pan suave bañado en huevo crea un sándwich reconfortante y delicioso que a todos les encantará.
Conclusión
Los sándwiches de desayuno favoritos de la infancia son una manera deliciosa de comenzar el día, especialmente en las mañanas ajetreadas. Son fáciles de preparar, están llenos de sabor y seguro que serán un éxito entre toda la familia. Ya sea que salgas corriendo por la puerta o te sientes a desayunar tranquilamente, estos sándwiches son una opción nutritiva y sabrosa que te trae recuerdos cálidos de la infancia. ¡Disfruta de esta comida rápida y reconfortante con tus seres queridos y alegra un poco las mañanas!