Preparar los calabacines:
Empezamos lavando los calabacines y cortándolos en rodajas. Sazone con sal, pimienta negra y una pizca de guindilla al gusto. Dejar reposar unos minutos para que absorba los sabores.
Empanizar los calabacines:
En un plato hondo mezclar el pan rallado con el orégano y el tomillo. Coloca la harina en otro plato. Batir los huevos en un recipiente aparte.
Pasar cada rodaja de calabacín por la harina, luego por los huevos batidos y finalmente por la mezcla de pan rallado. Asegúrate de que cada pieza esté bien cubierta.
Cocinar los calabacines:
Freír las rodajas de calabacín rebozadas en una sartén con aceite caliente hasta que estén doradas y crujientes por ambos lados. Colócalas sobre papel absorbente para quitar el exceso de aceite.
Prepara la salsa:
En un bol pequeño mezcla la mayonesa, el yogur, el ajo picado y el eneldo. Ajustar el sabor con sal y pimienta. Esta salsa agregará un sabor cremoso y picante al calabacín crujiente.
Servir:
Coloque los calabacines fritos en un plato para servir. Espolvorea el queso rallado sobre los calabacines calientes para que se derrita un poco. Sirva con la salsa preparada por separado para mojar.
Sugerencia de presentación:
Este platillo es un excelente aperitivo o plato principal ligero. La combinación del crujiente de calabacín con la salsa cremosa es irresistible. Disfrute de los sabores y la preparación sencilla pero satisfactoria.