En un tazón grande, combine todos los ingredientes líquidos: yogur griego, huevos, edulcorante y vainilla. Revuelva a mano o con una batidora eléctrica hasta obtener una mezcla homogénea.
Añade la maicena tamizada y revuelve suavemente para evitar grumos.
Para ayudar a que la masa se adhiera bien, forre un molde de 18-20 cm de diámetro con papel de horno ligeramente engrasado o humedecido.
Vierta la masa en la sartén y alise la superficie con una espátula.
Hornee en horno precalentado a 180°C durante unos 50 minutos hasta que la parte superior esté ligeramente dorada.
Después de hornear, deje que el pastel se enfríe durante al menos 30 minutos antes de desmoldarlo y servirlo.
Consejo: Para una versión más cremosa, reemplace parte del yogur con ricotta light.
El pastel se puede acompañar con fruta fresca, compota de frambuesa o crumble de canela.
Se puede conservar en un recipiente hermético en el refrigerador durante 2 o 3 días.