Sus ojos se abrieron de par en par, congelados, pero no la miraban a ella. Miraba hacia algún lugar detrás de ella, hacia la entrada.
El miedo, puro e implacable, se reflejaba tan vívidamente en su rostro que su hermano mayor lo agarró del brazo bruscamente.
—¿Eli? ¿Qué pasa?
Pero el chico apenas lo oyó. Le temblaban los labios mientras hablaba en voz baja, tan baja que las palabras iban dirigidas solo a ella:
—Dijo… que algún día nos encontrarías… —Tragó saliva, con la mirada vidriosa—. Y entonces él te encontrará.
Al principio, Marina no entendió. Las palabras parecían pasarle desapercibidas. Pero entonces, como un hilo tensado, todo en su interior se rompió. El pánico la invadió, con una comprensión salvaje e instintiva.
El chico hablaba del hombre que se había llevado a sus hijos.
Estaba allí.
3. La noche que se convirtió en pesadilla
Marina se giró lentamente, como si el movimiento fuera peligroso.
Y vio una figura en la entrada. Un hombre alto con un abrigo largo, inmóvil, con la mirada llena de una confianza fría y depredadora. No tenía prisa. Simplemente la miraba. A ella.
Como si la conociera de toda la vida. Como si conociera su miedo.
⬇️Para obtener más información, continúa en la página siguiente⬇️
Aby zobaczyć pełną instrukcję gotowania, przejdź na następną stronę lub kliknij przycisk Otwórz (>) i nie zapomnij PODZIELIĆ SIĘ nią ze znajomymi na Facebooku.
