Es perfectamente sano tener ambición. Pero cuando se basa únicamente en la necesidad de ser admirado, puede volverse perjudicial. Algunas personas construyen sus vidas como un escaparate, buscando constantemente elogios, simpatías y validación externa. Buscan el éxito para ser vistos, en lugar de sentirse realizados. Esta constante necesidad de reconocimiento a menudo los deja insatisfechos, inestables e incluso celosos del éxito ajeno. Es mejor rodearse de personas que avanzan por sí mismas, con pasión y sinceridad, en lugar de por la necesidad de ser aplaudidos.
Elegir a las personas adecuadas a tu alrededor también significa elegir la paz interior.