No tuvo las mismas oportunidades que otros niños de su edad para ir a la escuela, salir con amigos o ser tan independiente.
Sus padres tomaron decisiones por ella que la encaminaron hacia la notoriedad porque estaban seducidos por la perspectiva de la fama.
Aira experimentó cambios corporales a medida que crecía y, como resultado, su distintiva apariencia de muñeca comenzó a perder algo de su brillo.
Su fama, alguna vez explosiva, comenzó a decaer y las agencias de modelos dejaron de acercarse a ella o de invitarla a sesiones de fotos y desfiles de moda.
Desde que se convirtió en adolescente, la vida de Aira ha cambiado. Actualiza su perfil de Internet periódicamente con información sobre su vida personal.
Parece haber eliminado por completo ese período de su vida de Internet, por lo que es interesante que no parece tener buenos recuerdos de sus días de “muñeca”.
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