1. Prepara el hígado
Limpia el hígado: empieza por quitarle la piel exterior y córtalo en rodajas de 1 cm de grosor aproximadamente.
Rebozado con harina: coloca 2-3 cucharadas de harina en un plato. Sumerge cada rodaja de hígado en la harina, asegurándote de que estén ligeramente recubiertas por ambos lados.
2. Fríe el hígado
Precalienta la sartén: calienta una sartén a fuego medio-alto y añade un poco de aceite para freír.
Fríe el hígado (primera tanda): una vez que el aceite esté caliente, coloca la primera porción de rodajas de hígado en la sartén. Fríe de un lado a fuego alto durante 2 minutos, luego dale la vuelta y cocina el otro lado durante otros 2 minutos a fuego medio. Una vez hecho, reserva la primera tanda.
Fríe el hígado (segunda tanda): añade la segunda porción de rodajas de hígado a la sartén, repitiendo el proceso: 2 minutos de un lado, dándole la vuelta, y 1 minuto del otro lado. Una vez que ambas tandas estén fritas, sazona con sal y pimienta al gusto.
3. Prepara la salsa de cebolla y mantequilla
Cocina las cebollas: En la misma sartén, añade las cebollas cortadas en rodajas y cocínalas a fuego medio hasta que se ablanden y se doren.
Añade la mantequilla y el perejil: Una vez que las cebollas estén listas, añade 50 g de mantequilla a la sartén y revuelve constantemente hasta que la mantequilla se derrita y se combine con las cebollas. Luego, añade el perejil picado.
Combina el hígado: Devuelve ambas porciones del hígado frito a la sartén y revuelve todo junto. Deja que se cocine durante 1-3 minutos más para permitir que los sabores se mezclen. Retira del fuego y reserva.
4. Fríe las patatas
Calienta el aceite: Mientras el hígado reposa, corta las patatas en dados y calienta 100 ml de aceite en una sartén aparte a fuego alto.
Fríe las patatas: Añade las patatas cortadas en dados al aceite caliente y fríelas a fuego medio, revolviendo de vez en cuando para asegurar una cocción uniforme. Fríe durante unos 10 minutos hasta que las patatas estén blandas por dentro y crujientes por fuera.
Sazona las patatas: una vez que las patatas estén doradas y crujientes, sácalas de la sartén y colócalas en un plato. Espolvorea con sal y pimienta negra al gusto.
5. Sirve
Emplata el hígado y las patatas: sirve el hígado con mantequilla y cebolla junto con las patatas fritas crujientes para una comida completa y abundante.
Disfruta: este plato se sirve mejor caliente, directamente de la sartén, para disfrutar del contraste de las patatas crujientes y el hígado tierno.
Consejos de cocina
Preparación del hígado: quitar la membrana exterior del hígado antes de cocinarlo ayuda a evitar que se endurezca. Asegúrese de cortar el hígado en rodajas uniformes para que se cocine de manera uniforme.
Rebozado de harina: rebozar ligeramente el hígado con harina ayuda a crear una agradable textura crujiente en el exterior mientras que mantiene el interior húmedo y tierno.
Cebollas y mantequilla: cocinar las cebollas hasta que estén doradas y caramelizadas agrega una dulzura profunda al plato, que equilibra los ricos sabores del hígado. Agregar mantequilla al final proporciona un acabado rico y sedoso.
Freír las papas: para garantizar que las papas estén crujientes, asegúrese de que el aceite esté caliente antes de agregar las papas. Revuelva de vez en cuando para cocinarlas de manera uniforme.
Almacenamiento
Refrigeración: las sobras se pueden almacenar en un recipiente hermético en el refrigerador hasta por 3 días. Recaliente el hígado y las papas en una sartén a fuego medio o en el microondas.
Congelación: si bien es mejor consumir el hígado fresco, puede congelarlo en un recipiente hermético hasta por 2 meses. Recaliéntalo congelado en una sartén o en el horno.
Información nutricional (aproximada por porción)
Calorías: 650 kcal
Proteínas: 38 g
Grasas: 45 g
Carbohidratos: 38 g
Fibra: 5 g
Sodio: 800 mg
Nota: Los valores nutricionales pueden variar según el tamaño de las porciones y los ingredientes específicos utilizados.
Preguntas frecuentes
1. ¿Puedo utilizar hígado de pollo en lugar de hígado de res?
Sí, se puede utilizar hígado de pollo como sustituto. Tiene un sabor más suave y tiende a cocinarse un poco más rápido que el hígado de res, por lo que debes ajustar el tiempo de fritura en consecuencia.
2. ¿Puedo usar un aceite diferente para freír?
Sí, puedes usar cualquier aceite resistente a altas temperaturas para freír, como aceite de canola, de girasol o de aguacate.
3. ¿Puedo preparar esta receta con antelación?
Sí, puedes preparar el hígado y las patatas con antelación y guardarlos en el frigorífico. Sin embargo, es mejor servirlos frescos, ya que al recalentarlos el hígado puede perder algo de ternura.
4. ¿Qué puedo acompañar con este plato?
Este plato combina bien con una ensalada fresca, verduras al vapor o incluso una salsa ligera de yogur para complementar la riqueza del hígado y las patatas.
5. ¿Cómo puedo evitar que el hígado se endurezca?
Cocinar demasiado el hígado puede endurecerlo. Fríalo a fuego alto durante un tiempo breve y evite cocinarlo demasiado tiempo para mantener su ternura.
Conclusión
Este hígado de res frito con cebollas y papas crujientes es un plato delicioso y abundante que está repleto de sabores y texturas ricos. La combinación de hígado tierno, cebollas mantecosas y papas crujientes da como resultado una comida reconfortante que se puede preparar rápidamente con un mínimo esfuerzo. Ya sea que sea un entusiasta del hígado o lo pruebe por primera vez, esta receta seguramente satisfará sus papilas gustativas y le brindará una comida nutritiva para cualquier ocasión. ¡Disfrute de la bondad crujiente y sabrosa con su familia o invitados!