Esta mezcla se aplicó a los zócalos de toda la casa, y donde los padres vieron varias veces invitados no invitados, también colocaron pequeños trozos de tela empapados en líquido de menta. Los padres repiten este procedimiento todos los meses.
Todos se acostumbraron al ligero olor a menta, no irritaba a nadie, pero los ratones desaparecieron y nunca volvieron a aparecer.
Todos los componentes necesarios se pueden adquirir en la farmacia, a bajo coste, actúan de forma rápida y eficaz.