1 Precalienta el horno a 200°C (termostato 6/7).
2 Pela los puerros, córtalos en cuartos a lo largo y córtalos en rodajas gruesas.
Colócalos en un colador y enjuágalos bien para eliminar la tierra y las impurezas.
3 Pela y pica finamente 2 dientes de ajo.
4 Calienta una sartén a fuego medio con 2 nuez de mantequilla y un chorrito de aceite de oliva. Agrega el ajo.
Toma las hojas de 6 ramitas de tomillo (2 para mí). Cuando el ajo empiece a tomar color, añade el puerro y el tomillo. Mezcla bien, coloca a fuego alto y cocina por 10 minutos, hasta que se cocinen y ablanden.
5 Mientras tanto, rallar 100 g de Cheddar (parmesano para mí). Retire la sartén del fuego, sazone con sal y pimienta (un poco de sal, ya que hay un poco en el queso). Añadimos 20 cl de nata líquida (10 para mí) y la mitad del queso.
Mezclar bien la preparación y luego verterla en una fuente de horno de tamaño adecuado para tener, al final, un espesor de verduras de aproximadamente 2,5 cm.
Yo utilicé una cazuela de barro de 23 cm de diámetro.
6 Espolvorea con el resto del queso y hornea por unos 20 minutos, hasta que la superficie del plato esté dorada y apetitosa.