Consuma más grasas vegetales. Evite los alimentos fritos, embutidos y carnes rojas, que tienen un alto contenido de grasas saturadas. Las grasas vegetales, es decir, los ácidos grasos insaturados, ayudan a reducir el colesterol, protegen el corazón y aportan a nuestro organismo antioxidantes (caroteno y tocoferoles). Utilice aceite de oliva para condimentar, coma aceitunas, semillas de lino y frutos secos.
Elija alimentos ricos en magnesio. La deficiencia de magnesio puede provocar calambres y espasmos musculares. Consume alimentos ricos en magnesio como las espinacas, los espárragos y la lechuga. El selenio también es bueno para la salud y se encuentra en la cebolla, el ajo, el repollo, las naranjas, los pepinos y las manzanas.
Complementos alimenticios naturales. Ciertos suplementos, como la clorofila, la espirulina y el jugo de aloe vera, ayudan a combatir la fatiga provocada por la fibromialgia y a mantener el organismo libre de toxinas.
Evite el trigo, la avena, el centeno y la cebada. Algunos estudios han encontrado vínculos entre la fibromialgia y la enfermedad celíaca.
Haga ejercicio regularmente para tener un excelente tono muscular. Camine, ande en bicicleta, nade y haga yoga.