No siempre es fácil cambiar de postura al dormir cuando uno está acostumbrado. Aquí tienes algunos consejos sencillos:
- Una buena almohada : ni demasiado plana ni demasiado inflada, para sostener el cuello sin crear tensiones.
- Una almohada entre las rodillas : esto alinea las caderas y previene el dolor pélvico.
- Una almohada para el cuerpo : perfecta para acurrucarse y evitar dar vueltas en la cama durante la noche.
- El método de la pelota de tenis : Cosida a la parte trasera de una camiseta, evita que te recuestes boca arriba.
- El sofá (temporalmente) : Su estrechez obliga a dormir de lado. Un truco para probar algunas noches.
¿Y si no es para ti?
Claro que cada cuerpo es único. Dormir del lado izquierdo no es ideal para todos, especialmente con un colchón demasiado duro o demasiado blando. Esto puede ejercer presión sobre el hombro o la cadera. ¿La clave? Alternar los lados, ajustar la firmeza del colchón y elegir una almohada que se adapte a la forma de tu cuerpo.
Un simple hábito como girar a la izquierda al dormir podría ser el catalizador para noches más tranquilas y un cuerpo que te agradezca al despertar. Así que, esta noche, ¿por qué no intentarlo?
