Ubicado debajo del gabinete de la cocina se encuentra un humilde recordatorio de la innovación práctica de la década de 1970: el abridor de frascos debajo del gabinete.
Con sus dientes metálicos sin filo, es un testimonio de la durabilidad y simplicidad del pasado. Para usarlo, simplemente coloque la tapa de un frasco contra los dientes hasta que se agarren y luego gírelo.
El sello da paso a un pop satisfactorio, un sonido familiar que suena de fondo en las cocinas familiares desde hace décadas. Esta herramienta ha superado las tendencias y es testigo de comidas y recuerdos creados alrededor del mostrador de la cocina.
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