Los peligros de dormir con nuestra mascota
No es aconsejable dormir con un animal de compañía, como un perro o un gato, ya que puede conllevar una serie de riesgos para la salud.
Para empezar, las mascotas pueden ser portadoras y transmisoras de enfermedades y parásitos, como pulgas y garrapatas, que pueden pasar a los humanos. Además, la caspa, la saliva y el pelo de las mascotas pueden ser alérgenos que causen dificultades respiratorias y otras reacciones alérgicas.
Las mascotas pueden llevar bacterias y otros gérmenes en el pelo y la piel que pueden provocar infecciones si se exponen a la piel humana. Por último, si se permite que un animal doméstico duerma en la cama, puede ser difícil conseguir que duerma en otro lugar en el futuro, lo que puede perturbar el sueño de todos los miembros de la familia.
Por estas razones, es mejor evitar dormir con su mascota y hacer que duerma en su propia cucha, casita o lecho.
Acostumbrar a su mascota a dormir en su propia cama o lecho puede ser un reto, pero con paciencia y constancia se puede conseguir.
- En primer lugar, asegúrese de que la cama que ha elegido es cómoda para su mascota.
- Colóquela en una zona en la que se sienta segura, como un rincón del dormitorio o el salón, cerca de la familia.
- Cuando su mascota se sienta cómoda en la zona, introduzca gradualmente la cama o el lecho. Deje que se tome su tiempo para explorar la cama y acostumbrarse a ella.
- También puede recompensarle con golosinas o elogios cuando muestre un comportamiento positivo alrededor de la cama.
- Cuando su mascota se sienta cómoda y se haya instalado en la cama, puede empezar a dejarla en ella durante períodos más largos. Si le cuesta adaptarse, puede darle un juguete o una manta para que se sienta más seguro. Con paciencia y constancia, su mascota acabará acostumbrándose a dormir en su propia cama o lecho.