La fiesta se celebró en uno de los lugares más exclusivos de Guadalajara, en la terraza acristalada del Hotel Demetria, desde donde el cielo naranja se fundía con las luces de la ciudad. Fue una boda elegante, llena de sonrisas forzadas, trajes a medida y perfumes caros flotando en el aire. La orquesta tocó un bolero con precisión técnica, pero sin alma
En la fiesta, nadie quería bailar con el millonario japonés... hasta que la camarera lo invitó en japonés...
