En la cena del Día del Padre, mi suegra acusó a mi hija de no ser hija de mi marido; la reacción de mi madre dejó a todos atónitos.

Y en esa elección, nos volvimos indestructibles.

Porque a veces, el amor más fuerte no es aquel con el que naces, sino el que se niega a marcharse.

¿Y ese tipo de amor? Permanece.

Este texto se inspira en historias cotidianas de nuestros lectores y está escrito por un escritor profesional. Cualquier parecido con nombres o lugares reales es pura coincidencia. Todas las imágenes son solo para fines ilustrativos.

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