El tabaco podría promover el cáncer de vejiga

Para comprobar la presencia de células o marcadores cancerosos, un cirujano urológico inserta un cistoscopio en la vejiga. Una vez identificadas las lesiones, se toman y analizan para tratar adecuadamente la enfermedad. Sin embargo, como todas las enfermedades crónicas, existe la posibilidad de recurrencia en algunos pacientes. En el momento del diagnóstico, el 80% de los tumores atacan las capas superficiales de la vejiga sin infiltrar el músculo de la pared vesical. Aquí es donde el pronóstico es muy importante porque el riesgo de recurrencia es diferente. Para los tumores con una probabilidad relativamente baja de recurrencia, se debe realizar un seguimiento simple mediante cistoscopia tres meses después y luego cada año durante cinco años. Cuando el riesgo es mayor, es necesario realizar un control cada tres meses, luego cada 6 meses durante 2 años y cada año durante 15 años. Este tipo de tumor con alto riesgo de recurrencia se trata con la vacuna contra la tuberculosis. La reacción inmune permitirá que el cuerpo mate las células cancerosas residuales.

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