- Preparar la base:
- Tritura las galletas hasta que queden hechas migas finas.
- Mezcla las migas de galletas con la mantequilla derretida hasta que esté bien incorporado.
- Presiona esta mezcla en el fondo de un molde desmontable (de unos 20 cm de diámetro) y refrigera mientras preparas el relleno.
- Preparar el relleno:
- En un bol grande, bate el queso crema con el azúcar y el extracto de vainilla hasta obtener una mezcla suave.
- Monta la nata hasta que esté firme y agrégala a la mezcla de queso crema con movimientos suaves.
- Disuelve la gelatina en el agua caliente y deja que enfríe un poco antes de añadirla a la mezcla de queso. Revuelve bien para combinar.
- Ensamblar el pastel:
- Vierte la mezcla de queso crema y nata sobre la base de galletas que estaba en el refrigerador.
- Alisa la superficie y deja enfriar en el refrigerador durante al menos 4 horas, o hasta que esté completamente firme.
- Cubrir con mermelada:
- Una vez que el pastel esté firme, cubre la superficie con una capa de mermelada de frutas.
- Vuelve a refrigerar durante 30 minutos adicionales.
- Servir:
- Desmolda el pastel y sírvelo frío. ¡Disfruta de este delicioso pastel sin hornear!
Es un postre fácil de hacer, refrescante y perfecto para cualquier ocasión, ¡además de que no necesitas usar el horno!