El hijo menor de su padre no se parece lo suficiente a él, por lo que le realiza una prueba de ADN
El matrimonio parece irreparable, con una esposa que no puede perdonar y unos hijos que se sienten traicionados. La mujer, decidida a no vivir con tanta desconfianza, se encamina hacia el divorcio.
EL MARIDO DEBE AFRONTAR SUS ACCIONES.
El marido, ante la realidad de sus actos, debe afrontar ahora las consecuencias de sus dudas injustificadas. La familia, una vez unida, se ve fracturada por una simple prueba de ADN, que revela las fragilidades de una relación basada en la confianza y la lealtad.