En una olla grande y de fondo grueso, vierte el litro de leche y añade el azúcar.
Calienta a fuego medio, revolviendo constantemente con una cuchara de madera hasta que el azúcar se disuelva por completo.
Agrega la esencia de vainilla al gusto y mezcla bien.
Añade la media cucharadita de bicarbonato de sodio y sigue revolviendo. El bicarbonato ayudará a evitar que la mezcla se corte y le dará una textura más suave.
Reduce el fuego a bajo y continúa cocinando, revolviendo con frecuencia para evitar que se pegue al fondo de la olla.
Cocina a fuego lento durante aproximadamente 1-2 horas, o hasta que la mezcla adquiera un color dorado y una consistencia espesa. La mezcla debe reducirse a aproximadamente la mitad de su volumen original.
Para comprobar la consistencia, toma una pequeña cantidad de dulce de leche con una cuchara y deja que se enfríe un poco. Si mantiene su forma y no se escurre rápidamente, está listo.
Una vez alcanzada la consistencia deseada, retira la olla del fuego y deja enfriar un poco antes de transferir el dulce de leche a frascos esterilizados.
Deja que el dulce de leche se enfríe completamente antes de tapar y almacenar en el refrigerador.
