En un bol de metal rompemos los huevos, añadimos el azúcar y batimos con batidora eléctrica sobre agua hirviendo a velocidad alta durante 6 minutos. El volumen de huevos batidos aumentará aproximadamente 4 veces.
Agrega la miel a la mezcla de huevo y bate a velocidad media durante unos 30 segundos.
Tamiza 1/3 de la harina en la mezcla, luego bate ligeramente a velocidad media, luego agrega otro 1/3 de la harina y bate. Agrega el último tercio de la harina y bate hasta que quede suave, aproximadamente 1 minuto. No mezcle demasiado o el pastel podría caerse o aplanarse.
Coloca papel pergamino en un molde y vierte la masa en el molde. Con un palillo, dibuje una línea en zigzag para eliminar las burbujas de aire grandes de la masa. De esta forma el bizcocho tendrá una consistencia uniforme.
Hornear a 180°C en horno precalentado durante 10-15 minutos hasta que la superficie esté dorada. Luego cubra rápidamente con toallas de papel, baje la temperatura a 170°C y continúe cocinando. Esto tomará aproximadamente 55 minutos en total. Prueba con un palillo, cuando salga limpio el bizcocho estará listo.
Una vez listo, desmoldamos el bizcocho e inmediatamente cubrimos la superficie con film transparente.
Invierte el bizcocho sobre un plato plano y mientras esté caliente colócalo en una bolsa plástica y déjalo reposar por 12 horas para que el bizcocho tenga una consistencia suave.
Antes de servir, recorta los lados del pastel. Sirva con té o café y una cucharada de crema batida para darle un toque más decadente.
