4. Fotos familiares, especialmente las que no tienen etiqueta
En medio de la confusión emocional, a veces la gente tira viejos álbumes de fotos o cajas de “caras desconocidas”. Pero esas fotos suelen albergar generaciones de recuerdos: abuelos, bisabuelos, momentos de la infancia que solo unos pocos recuerdan.
Aunque no reconozcas a todos en las fotos, consérvalas. Pide a tus familiares mayores que te ayuden a identificar los rostros. Podrías descubrir historias familiares que nunca habías escuchado y preservarlas para la próxima generación.
En resumen:
El duelo puede hacernos querer limpiar, organizar y empezar de cero, pero ten cuidado. Al intentar avanzar, no pierdas las piezas que te ayudan a aferrarte. Lo que hoy parece pequeño podría ser invaluable mañana.
Los funerales no son solo una despedida. Son un homenaje a una vida. Y a veces, lo más significativo de ese homenaje es saber qué conservar.