Pero cuanto más lo pienso, más me doy cuenta de lo increíblemente ingeniosos que eran los padres antes. Nada de desechables, ni detergentes milagrosos, ni atajos. Solo pura practicidad y hacer lo que fuera necesario.
Hoy en día nos quejamos si las toallitas están frías o si el cubo de los pañales huele un poco raro. ¿En aquella época? Básicamente, hacían tareas de lavandería en el baño, como si estuvieran en el campo de batalla.
Y la verdad es que me enorgullece un poco; es como si viniéramos de una larga estirpe de guerreros. Guerreros de retrete, sí, pero guerreros al fin y al cabo.
Ahora tengo curiosidad… ¿A alguien más le pasaba esto con su madre o abuela? Por favor, díganme que no soy la única con este recuerdo tan vívido grabado a fuego en mi cabeza.