Procedimiento:
Empezamos echando el azúcar en un bol. Agrega la ralladura de mandarina y mezcla todo con una cuchara de madera. Esta combinación creará una base aromática que le dará a la crema un sabor fresco a limón.
Agrega el jugo de mandarina a la mezcla de azúcar y ralladura, asegurándote de obtener una mezcla suave.
Agrega los huevos y la yema a la mezcla. Mezcle bien para asegurar una distribución uniforme de los ingredientes. La textura debe volverse suave y cremosa.
Transfiera la mezcla a una cacerola y cocine a fuego lento. Continúe revolviendo con una cuchara de madera hasta que la crema comience a espesarse. Este proceso tardará unos minutos, así que tenga paciencia.
Una vez que la crema haya alcanzado la consistencia adecuada, retira la sartén del fuego. Para obtener una consistencia aún más sedosa, pasar la nata por un colador fino.
Vierte la crema en un frasco hermético para guardarla. Déjelo enfriar a temperatura ambiente antes de transferirlo al refrigerador.
Una vez enfriada, la crema de mandarina estará lista para disfrutar. Puedes servirlo directamente con cuchara o utilizarlo como acompañamiento de otros dulces y postres.
Esta crema de mandarina no sólo deleitará tu paladar con su frescor cítrico, sino que también te aportará una beneficiosa dosis de vitamina C. Un postre que combina sabor sublime y salud, perfecto para mimarte durante los días de otoño.