- Prepara el baño de pies: Llena un recipiente grande con un litro de agua tibia y añade las 3 cucharadas de bicarbonato de sodio. Mezcla bien hasta que el bicarbonato se disuelva por completo.
- Remoja los pies: Introduce los pies en el recipiente y déjalos en remojo durante 15-20 minutos. Esto ayudará a ablandar la piel y a prepararla para la exfoliación.
- Exfolia suavemente: Usa una piedra pómez o una lima para pies para frotar suavemente las zonas con piel seca o endurecida, especialmente los talones.
- Aclara y seca: Enjuaga los pies con agua limpia y sécalos completamente con una toalla.
- Hidrata: Aplica el aceite de coco o de oliva en los pies, masajeando bien para que la piel absorba la humedad. Si deseas un aroma relajante, añade unas gotas de tu aceite esencial favorito al aceite.
- Consejo extra: Para un tratamiento más intensivo, ponte calcetines de algodón y deja actuar el aceite durante la noche.
Consejos para un Mejor Resultado:
- Agrega sal marina al baño de pies para potenciar la acción exfoliante y relajante.
- Utiliza una crema hidratante rica en urea después de la pedicura para mantener la piel suave por más tiempo.
- Realiza esta pedicura al menos una vez por semana para mantener los pies saludables y libres de grietas.
Beneficios de Este Tratamiento:
Este remedio casero es efectivo para suavizar la piel y mantenerla hidratada. Además, el bicarbonato de sodio tiene propiedades antibacterianas que ayudan a prevenir infecciones, mientras que el aceite de coco o de oliva nutre y regenera la piel.
¡Despídete de los talones secos y agrietados y disfruta de pies suaves y saludables con esta pedicura casera simple y económica!