- 50 gr. de Albahaca
- c/n de Aceite de oliva
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- 20 gr. de Nueces (Opcional)
- 2 cdas. de Queso rallado (Parmesano)
- Sal gruesa
- 2 dientes de Ajo
¿Cómo hacer Pesto?
1) En primer lugar, pelamos los dientes de ajo y lo machacamos en un mortero con un poco de sal gruesa. Recordemos que tenemos que obtener una textura pastosa.
2) Luego le añadimos de a poco las hojitas de albahaca y algunos granos de sal gruesa, machamos todo y repetimos el procedimiento las veces que sean necesarias hasta terminar con la albahaca. También le agregamos unos granos de sal gruesa.
3) Ahora le incorporamos las nueces y machacamos hasta que estén bien molidas, le sumamos el queso rallado y unimos todos los ingredientes.
4) Este paso es fundamental, vamos a ir intercalando entre chorritos de aceite de oliva y machacar los ingredientes, lo repetimos hasta lograr la textura deseada.
¡Ya tenemos lista esta sabrosa salsa Pesto, podemos utilizarla para la comida que más nos guste!
Consejos y Trucos:
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- Si no tenemos un morterito, podemos procesar todos los ingredientes en la minipimer.
- Otra recomendación es el queso que vamos a elegir, si conseguimos el queso parmesano, muchísimo mejor.
- Si tenemos la posibilidad de conseguir sal marina, sin duda es la mejor elección, de todas maneras con la sal gruesa se puede preparar muy bien.
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- Con respecto al aceite que vamos a utilizar, sin duda alguna, el aceite de oliva extra virgen es la mejor opción.
- Para mantener la tradición y como se ha hecho siempre tenemos que utilizar un mortero, igualmente nos llevará poco tiempo y podemos dejar la salsa más o menos fina a nuestro gusto.
- Tener un poco de agua tibia a nuestro alcance nos sirve de mucho a la hora de la preparación del pesto, decimos esto porque al preparar la salsa y si queda demasiado espesa, lo que suelen hacer los italianos es añadir unas cucharadas de agua templada de la cocción con la que hayamos hervido la pasta. Esto ayuda a aligerarla y a conseguir la textura deseada.
- Como última sugerencia, si queremos blanquear el ajo, lo colocamos en una cacerola con agua fría y a fuego medio, cuando el agua comienza a hervir, retiramos los dientes de ajo y le quitamos cualquier resto de piel, también lo reservamos en un papel absorbente. Ya lo tenemos listo para ser utilizado en la preparación de la salsa, esto logrará que salte todo su sabor y nos caerá mejor en nuestra digestión.