Asegúrate de que la crema esté fría antes de comenzar. Esto ayudará a que el proceso sea más eficiente.
Paso 2: Batir la crema
Coloca las 2 tazas de crema de leche en el procesador de alimentos, batidora o frasco.
Si usas un procesador o batidora: Bate la crema a alta velocidad. Comenzará a espesar y eventualmente se separará en mantequilla sólida y suero de leche (buttermilk).
Si usas un frasco: Llénalo hasta la mitad, tapa bien y agita vigorosamente. Este método puede tomar más tiempo, pero es una forma divertida y manual de hacer mantequilla.
Paso 3: Separar el suero
Una vez que la crema se haya separado, cuela la mezcla para separar el suero de leche de la mantequilla sólida. Puedes reservar el suero para usarlo en otras recetas, como panqueques o panes.
Paso 4: Lavar la mantequilla
Coloca la mantequilla en un recipiente y enjuágala con agua fría mientras la amasas ligeramente con una cuchara o espátula.
Este paso es importante para eliminar los restos de suero y evitar que la mantequilla se dañe rápidamente.
Paso 5: Añadir sal (opcional)
Si deseas una mantequilla con un toque de sabor, agrega una pizca de sal y mezcla bien.
Paso 6: Almacenar
Moldea la mantequilla y colócala en un recipiente hermético. Guárdala en el refrigerador y consúmela dentro de las siguientes semanas.
Consejos adicionales
Aromatiza tu mantequilla: Añade hierbas frescas picadas, ajo, o ralladura de limón para darle un toque único.
Usa el suero de leche: No lo deseches, ya que es un ingrediente versátil y saludable.
Asegura la frescura: Almacena la mantequilla en la parte más fría del refrigerador para que dure más tiempo.
