- Prepará las semillas de granada. Si usás una granada fresca, separá las semillas con cuidado y descartá la cáscara y la parte blanca. También podés usar semillas listas si querés ahorrar tiempo.
- Disponé las bolitas de burrata en un plato amplio. Si usás una burrata grande, dividila en trozos pequeños y colocalos espaciados para que luzcan bien presentados.
- Espolvoreá generosamente las semillas de granada sobre las bolitas de burrata, dejando que algunas caigan alrededor en el plato para un efecto decorativo.
- Colocá una hoja de albahaca sobre cada bolita de burrata. Esto no solo le da color, sino que agrega un toque fresco al plato.
- Rociá suavemente con el aceite de oliva y la reducción de aceto balsámico. Procurá que quede bien distribuido para potenciar los sabores.
- Condimentá con una pizca de sal y pimienta negra recién molida.
- Si te animás, agregá los opcionales como pistachos triturados o ralladura de naranja para un toque especial y más textura.
- Serví de inmediato para que todos los sabores estén en su mejor punto.
Este plato combina lo cremoso de la burrata con el dulzor ácido de la granada y el toque aromático de la albahaca.
Es una receta sencilla pero sofisticada, perfecta para una mesa festiva. ¡Imposible que no te pidan la receta!