- Batí la manteca junto con el azúcar y la ralladura de limón hasta lograr un punto blanco, es decir, cuando la mezcla se vea bien cremosa y aireada.
- Añadí los huevos de a uno, batiendo bien después de agregar cada uno para que se integren completamente.
- Tamizá la harina, el almidón de maíz y el polvo de hornear, e incorporalos a la mezcla anterior en tandas, alternando con el jugo de limón. Esto ayudará a que la masa quede bien homogénea y con la acidez justa del limón.
- Vertí la mezcla en un molde cuadrado de 22 cm previamente enmantecado y enharinado, para que los cuadraditos no se peguen.
- Llevá al horno precalentado a temperatura media y cociná por unos 30 minutos. La idea es que no tomen mucho color, así que vigilá que queden más bien claritos.
- Retirá del horno y dejá enfriar un poco antes de glasear. Para la cobertura, tamizá el azúcar impalpable y mezclala con el jugo de limón hasta obtener una mezcla fluida y suave. Verté el glasé sobre los cuadraditos, esparcilo bien y dejá que se fije.
- Cortá en cuadrados y decorá con algunas hojitas de tomillo fresco. Este detalle le dará un toque de frescura y aroma muy especial.
Consejos:
- Si querés intensificar el sabor del limón, podés agregar un poco más de ralladura.
- Asegurate de tamizar bien el azúcar impalpable para que el glasé quede liso y sin grumos.
- El tomillo fresco es opcional, pero si lo usás, le da un contraste genial al dulce del glasé.
Estos cuadraditos de limón son una opción sencilla pero sofisticada para cualquier ocasión.
Probá la receta y sorprendé con su frescura y ese toque de tomillo que los hace únicos. ¡No te vas a arrepentir
