Procedimiento
- Separa las yemas de huevo de las claras. Coloca las yemas en un recipiente y las claras en otro.
- Trocea el pollo en tiras finas y uniformes. Es importante que las tiras tengan un tamaño similar para garantizar una cocción pareja.
- En un bol grande, combina las tiras de pollo con las yemas de huevo. Añade ajo picado finamente para dar sabor, así como una mezcla de condimentos que pueden incluir pimienta, paprika, o cualquier otra especia de tu elección. Agrega una pizca de sal para realzar el sabor.
- Incorpora también una cantidad adecuada de maicena o almidón de papa. Esto ayudará a que el pollo tenga una textura más crujiente al ser cocinado.
- En otro recipiente limpio y seco, bate las claras de huevo hasta que estén espumosas y se formen picos suaves. Este paso asegurará que el pollo tenga una cubierta ligera y crujiente al ser cocinado.
- Calienta un sartén grande a fuego medio-alto y añade suficiente aceite para cubrir la base de manera uniforme. El aceite debe estar lo suficientemente caliente para freír el pollo de manera efectiva, pero no tanto como para quemarlo.
- Toma cada tira de pollo y sumérgela en las claras de huevo batidas, asegurándote de que esté completamente cubierta. Este paso garantizará que el pollo tenga una capa ligera y crujiente cuando se cocine.
- Coloca las tiras de pollo revestidas en el sartén caliente, procurando no sobrecargarlo para que se cocinen de manera uniforme. Cocina cada lado durante unos minutos, volteándolas ocasionalmente, hasta que estén doradas y crujientes por fuera y cocidas por dentro.
- Una vez que el pollo esté completamente cocido, retíralo del sartén y colócalo sobre papel absorbente para eliminar el exceso de aceite.
- Sirve el pollo en un plato y adórnalo con hojas de lechuga fresca y rodajas de tomate para darle un toque de frescura y color.
¡Disfruta de tu pollo crujiente y delicioso, listo para ser degustado!
Consejos adicionales
- Si tienes tiempo, deja marinar el pollo en la mezcla de yemas de huevo, ajo, condimentos, sal y almidón durante al menos 30 minutos en el refrigerador. Esto permitirá que los sabores se absorban completamente en el pollo, proporcionando un resultado más sabroso.
- Para un toque extra de sabor, considera agregar una variedad de especias a la mezcla de condimentos. El romero, el tomillo, el orégano o incluso un toque de comino pueden realzar el sabor del pollo y hacer que cada bocado sea más delicioso.
- Si prefieres una cobertura más crujiente, puedes empanizar el pollo después de sumergirlo en las claras de huevo batidas. Pasa cada trozo de pollo por pan rallado antes de freírlo. Esto creará una textura aún más crujiente y dorada.