Elaboración
- Tritura los garbanzos hasta obtener una textura semi-sólida, con algunos trozos visibles. Transfiere a un bol.
- Integra cebolla, ajo, zanahoria y perejil al bol.
- Sazona con comino, pimentón, pimienta y sal. Combina bien.
- Añade la harina de garbanzo o fécula de maíz para dar consistencia.
- Con tus manos, da forma a las albóndigas y colócalas en una bandeja.
- Calienta aceite en una sartén y cuando esté bien caliente, dora las albóndigas hasta que estén crujientes por fuera.
- Retira del fuego y colócalas sobre papel absorbente para eliminar exceso de aceite.
Consejos:
- Si usas garbanzos en lata, recuerda escurrirlos y lavarlos bien.
- La textura de los garbanzos al triturar es clave: busca un punto intermedio para albóndigas con cuerpo.
- La harina de garbanzo o maíz dará la consistencia deseada, pero en su defecto, el pan rallado puede ser una alternativa.
- Puedes optar por hornear las albóndigas en lugar de freírlas para una versión menos calórica.
- Experimenta con especias y hierbas según tus preferencias.
Con esta preparación, sumarás a tu dieta un plato delicioso y repleto de beneficios nutricionales. ¡Buen provecho!
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