5. Buenos vecinos:
Los tomates y los pimientos se llevan de maravillas. Además, podés agregar albahaca y perejil cerca, que ayudarán a repeler ciertas plagas.
6. Soporte:
Aunque no es obligatorio, colocar estacas o soportes puede ayudar a mantener los pimientos erguidos y alejados del suelo, protegiéndolos de enfermedades.
7. Mantillo:
Cubrí el suelo alrededor de tus pimientos. Ayuda a mantener la humedad y a controlar las malas hierbas.
8. Riego:
Son sedientos, así que asegurate de darles suficiente agua. Pero ojo, no los inundes. Un equilibrio es clave.
9. Poda:
Sacá las primeras flores. Esto hará que la planta concentre su energía en crecer y luego dará más frutos.
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