El primer método es el método del cubito de hielo. Este consejo original pero realmente eficaz evita que desperdicies tus limones y conserva su frescura durante mucho tiempo.
Toma tus limones, ralla su ralladura y exprime el jugo. Pon todo en los moldes para cubitos de hielo. Lo único que tienes que hacer es colocarlos en el congelador. Una vez congelados, sácalos de los moldes, colócalos en una bolsa isotérmica de silicona y devuélvelos al congelador. Puedes sacarlos en cualquier momento y usarlos para cualquier ocasión.
Con palillos de dientes
El segundo método implica el uso de palillos de dientes. Muchas veces tendemos a cortar el limón por la mitad y usar solo una parte, mientras que la otra mitad vuelve al frigorífico. Sin embargo, el error que casi todo el mundo comete es mantener esta mitad abierta. Inevitablemente, pierde su frescura y propiedades nutricionales. Consejo inteligente: utiliza palillos para insertarlos entre la mitad del limón y la otra para cubrirlo. ¡Esto lo mantiene fresco y listo para usar durante varios días!
Limones en el agua
En el agua
Este método también tiene sentido porque se conserva el limón entero. Este sencillo y práctico consejo te permitirá conservar tus limones por más tiempo sin que se enmohezcan. Simplemente colócalos en un recipiente y agrega suficiente agua para cubrirlos. Tapa el recipiente y mete todo en el frigorífico durante al menos 2 o 3 días. Si solo necesitas guardar medio limón, coloca la mitad cortada boca abajo en un platillo lleno de agua para conservar la pulpa.
Continúa en la siguiente página