También son muy útiles los recipientes con cierre hermético, deben estar limpios y secos. Hay que dejar un margen de espacio entre las verduras y la tapa porque, en ocasiones, las verduras aumentan de tamaño al congelarse.
El papel film es el menos recomendable, se puede utilizar pero durante menos tiempo y hay que utilizar una cantidad suficientemente generosa para sellarlo todo junto.
Verduras que se pueden congelar
No todas las verduras y hortalizas están preparadas para ir al congelador. Los que se pueden congelar son los que se pueden cocinar, por ejemplo, el ajo, la cebolla, el puerro, la cebolleta, los pimientos (sin semillas), la calabaza y el calabacín (sin semillas), la acelga, las espinacas, alcachofa, berenjenas, repollos, cole, kale y zanahoria.
En el caso de las verduras crudas no se pueden congelar por sus texturas como lechuga, tomate, pepino, apio e incluso papa. Si las papayas están cocidas, normalmente se pueden colocar negras cuando se congelan. No te preocupes si puedes congelar alimentos cocidos o pastas (como los ñoquis).
Cómo congelar fruta
Los frutos se pueden congelar pero se deben cortar en trozos y remojar en un preparado de agua con azúcar (40% azúcar) y ácido ascórbico. No se recomienda nutricionalmente añadir azúcares. Una vez congelado se conservará bien.
Otra forma es con un equipo de vacío para poder envasarlos al vacío, limpiarlos e introducirlos, así como congelarlos. Esta forma tiene un coste elevado si hay que comprar el equipo y tampoco es adecuada para todas las frutas. Es por esto que en el caso de las frutas es mejor conservarlas en frío o en estado natural, independientemente de su tamaño o ubicación.
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