- Lava bien los papines bajo agua corriente para quitar toda la tierra que puedan tener. Si no tenés papines, podés usar papas comunes y cortarlas en trozos más pequeños para que se cocinen de manera uniforme.
- Poné a hervir una olla con agua y, una vez que esté en ebullición, añadí los papines. Herví durante 7 a 10 minutos, lo suficiente para que se ablanden un poco pero sin que se cocinen completamente. Este paso es crucial para asegurarte de que las papas no se deshagan luego en la sartén.
- Mientras los papines se están hirviendo, calentá una sartén a fuego medio y derretí la manteca en ella. Asegurate de que la sartén esté bien caliente antes de añadir las papas.
- Escurrí bien los papines y agregalos a la sartén caliente con manteca. Salpimentá al gusto y cociná durante unos minutos, dejando que se doren bien por todos lados.
- Mientras las papas se doran, pelá y picá finamente los dientes de ajo. Hacé lo mismo con el eneldo.
- Agregá el ajo picado y el eneldo a la sartén, mezclando todo para que los sabores se integren bien. Continuá cocinando hasta que los papines estén completamente cocidos, lo que podrás comprobar pinchándolos con un tenedor para asegurarte de que estén bien blanditos.
- Una vez que los papines estén dorados y tiernos, retíralos del fuego y serví inmediatamente. Son el acompañamiento perfecto para cualquier comida, o incluso como un snack sabroso y diferente.
Consejos:
- Asegurá una cocción uniforme: Si usás papas comunes, cortalas en trozos de tamaño similar para que se cocinen de manera pareja. Esto asegura que todas las piezas se doren de manera uniforme y tengan la misma textura.
- Sazoná las papas al gusto: No te limites a la sal y pimienta. Podés experimentar con otros condimentos como pimenton, romero o incluso una pizca de comino para darle un toque único a tus papines.
- Reposá las papas después de cocinarlas: Dejá reposar los papines unos minutos después de sacarlos de la sartén. Esto permite que los jugos se redistribuyan y que las papas mantengan su textura crujiente por más tiempo.
¡Listo! Ahora tus papines están listos para acompañar cualquier plato con un toque delicioso y crujiente.
