Una cesta de fresas de color rojo brillante, un capricho esperado… pero que escondía un descubrimiento aterrador.
Ya conoces ese placer del domingo por la mañana: hacer la compra, llenar la cesta con deliciosos productos frescos, recorrer los pasillos y volver a casa con una sensación de logro. Eso fue exactamente lo que hice. Una rutina sin sorpresas… o eso creía. El lunes por la mañana, como siempre, se me antojaba algo … Read more