Cada día, la niña de 7 años guardaba su almuerzo en vez de comerlo. La maestra empezó a sospechar… y lo que vio detrás de la escuela la dejó sin aliento.

Durante dos semanas que parecieron eternas, la maestra Ramírez, tutora del 2°B en una primaria pública de Guadalajara, observó algo que comenzó siendo una pequeña inquietud y terminó por convertirse en una alarma constante. Cada día, sin falta, Lupita —una niña de siete años, menudita, dócil, de esas que apenas levantan la voz— recibía su almuerzo como todos los demás estudiantes. La ración era sencilla: un poco de arroz, frijoles, una fruta, a veces alguna verdura o un pedacito de pollo. Nada que sobrara, nada que pudiera desperdiciarse. Pero, aun así, Lupita nunca comía.

⬇️Para obtener más información, continúa en la página siguiente⬇️

 

Aby zobaczyć pełną instrukcję gotowania, przejdź na następną stronę lub kliknij przycisk Otwórz (>) i nie zapomnij PODZIELIĆ SIĘ nią ze znajomymi na Facebooku.