Sólo con fines ilustrativos. | Fuente: Midjourney
Al final del recorrido, Carol quedó satisfecha y firmó el contrato de alquiler sin dudarlo. Mila entregó las llaves con expresión serena, pero su mente estaba llena de pensamientos de venganza.
Cuando Carol se fue, Mila se guardó una llave de repuesto en el bolsillo. Ya se estaba gestando un plan. No iba a dejar pasar esta traición: Richard y Carol estaban a punto de vivir un fin de semana que nunca olvidarían.
De camino a casa, Mila no podía quitarse de encima la furia que la invadía, pero sabía que debía mantener la calma. Necesitaba interpretar su papel de forma convincente, así que marcó el número de Richard, forzando una dulzura en su voz que le revolvió el estómago.
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—Oye, ¿vienes a casa esta noche? —preguntó, fingiendo ser la esposa cariñosa. Su corazón latía con fuerza mientras esperaba su respuesta, y cada segundo la llenaba de más ira.
—No —respondió Richard, con un tono distante y frío—. Ya me voy de la ciudad. Te veré el lunes.
Mila agarró el volante con más fuerza mientras escuchaba sus mentiras, apenas capaz de contener la rabia que burbujeaba bajo su exterior tranquilo.
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Richard le había mentido en la cara sin dudarlo, y eso le dolió más de lo que esperaba. Con qué facilidad la despachó. Pero ahora, ella sabía la verdad y era su turno de actuar.
No iba a llorar ni a suplicar respuestas. Tenía algo mucho más satisfactorio planeado.
—Está bien, que tengas un buen viaje —dijo con una calidez forzada antes de colgar. En el momento en que terminó la llamada, sus manos temblaron, no de tristeza sino de la ira que corría por sus venas.
Sólo con fines ilustrativos. | Fuente: Midjourney
La traición fue real y Mila ya no seguiría desempeñando el papel de esposa confiada e ingenua.
Más tarde esa noche, estaba sentada en su sala de estar mientras marcaba otro número.
Esta vez, su voz sonó tranquila, pero llena de una nueva determinación. Ya no estaba actuando: era su plan en marcha.
—Está todo listo —dijo Mila suavemente por teléfono—. Nos vemos allí a las 8 p. m.
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El hombre del otro lado aceptó sin dudarlo y Mila sonrió por primera vez desde esa mañana.
Una oleada de empoderamiento la invadió. No se trataba solo de atrapar a Richard en el acto, sino de hacerle pagar por lo que había hecho.
Colgó y se levantó del sofá, con la mente despejada y concentrada. Esa noche era la noche en la que se enfrentaría a Richard y Carol, pero no de la forma que ellos esperaban.
Sólo con fines ilustrativos. | Fuente: Midjourney
Había llegado el momento de que experimentaran las consecuencias de su traición y Mila estaba lista para asegurarse de que fuera una noche que nunca olvidarían. Mila llegó al apartamento exactamente a las 8 p. m., con el corazón acelerado pero con expresión tranquila.
A su lado estaba el novio de Carol, un hombre alto con una expresión de enojo grabada en su rostro.
Apretó los puños mientras entraban silenciosamente al apartamento usando la llave de repuesto que Mila había guardado. El plan estaba en marcha y Mila no estaba dispuesta a dar marcha atrás ahora.
Sólo con fines ilustrativos. | Fuente: Midjourney
Los dos se arrastraron por el pasillo, la tenue iluminación hacía que todo pareciera surrealista. A medida que se acercaban al dormitorio, llegaron a sus oídos sonidos de conversaciones apagadas y risas. A Mila se le retorció el estómago, pero siguió adelante y guió al hombre hacia la puerta.
La imagen que los recibió le hizo hervir la sangre. Allí, acostados juntos en la cama, estaban Richard y Carol, ajenos a la tormenta que se avecinaba justo afuera de la puerta de su dormitorio.
El silencio fue roto por un grito furioso.
Sólo con fines ilustrativos. | Fuente: Midjourney
—¿Qué demonios está pasando aquí? —rugió el novio de Carol, y su voz resonó en las paredes. Su ira llenó la habitación como un maremoto, lo que hizo que Carol se levantara de golpe, con los ojos muy abiertos por el terror. Se apresuró a cubrirse y su rostro palideció al darse cuenta de lo que estaba sucediendo.
Richard, por su parte, estaba pálido y conmocionado. Su cuerpo temblaba mientras se deslizaba fuera de la cama y caía de rodillas frente a Mila. —¡No lo sabía! —balbuceó, con voz débil y desesperada—. ¡No quise que esto pasara, lo juro!
Pero las patéticas súplicas de perdón de Richard no conmovieron a Mila. En cambio, alimentaron su sentido de la justicia. Carol, que antes había reído y despreocupada, ahora estaba de pie con disgusto, con los labios curvados mientras miraba a Richard, que se arrastraba en el suelo.
Sólo con fines ilustrativos. | Fuente: Midjourney
El hombre al que ella había estado engañando permaneció en silencio, con los puños apretados, mirándola con una mezcla de rabia e incredulidad.
Mila, tranquila y serena, dio un paso adelante, con los ojos fijos en Richard.
—Oh, Richard —empezó con una sonrisa burlona—, ¿recuerdas cómo insististe en ese contrato matrimonial? ¿Aquel que estipula que si alguno de los dos engaña a su esposa, le deberemos al otro una gran suma de dinero en concepto de divorcio?
El rostro de Richard se puso blanco como una sábana. Abrió la boca para hablar, pero no le salieron las palabras. Mila continuó, con voz firme y firme. —Bueno, te enviaré tus cosas junto con los papeles del divorcio. Se acabó.
Sólo con fines ilustrativos. | Fuente: Midjourney
Sin esperar una respuesta, Mila giró sobre sus talones; el sonido de sus zapatos era el único ruido en la habitación repentinamente silenciosa.
Richard se desplomó sobre la cama, con una mezcla de sorpresa y arrepentimiento en el rostro mientras el peso de sus acciones lo aplastaba. Carol, de pie en silencio, evitó el contacto visual; su anterior bravuconería había desaparecido por completo.
Mila salió del apartamento con la cabeza en alto y con una sensación de victoria creciendo dentro de ella.
No solo había descubierto la traición de Richard, sino que había tomado el control de la situación, asegurándose de que ella saliera fortalecida, mientras que él se quedaba ahogado en su arrepentimiento. Ella pensó que se había hecho justicia.
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Esta pieza está inspirada en historias de la vida cotidiana de nuestros lectores y escrita por un escritor profesional. Cualquier parecido con nombres o lugares reales es pura coincidencia. Todas las imágenes son solo para fines ilustrativos. Comparte tu historia con nosotros; tal vez cambie la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia,