La llegada del invierno trae consigo su cuota de problemas de humedad, que pueden invadir rápidamente nuestros hogares. Cuando el frío exterior entra en contacto con el calor que emana de los sistemas de calefacción, se produce condensación, especialmente en los baños. Los espejos y azulejos se cubren entonces de vapor, una clara señal de esta humedad ambiental. Para remediar este inconveniente, unos sencillos consejos heredados de nuestras abuelas pueden resultar muy eficaces en el día a día.
El poder de la sal
La sal no es sólo un ingrediente valioso en la cocina; también puede ser un gran aliado en la lucha contra la humedad. Para eliminar el exceso de humedad en el baño, la sal gruesa resulta especialmente eficaz gracias a sus propiedades absorbentes. A continuación se explica cómo utilizarlo para obtener resultados impecables:
Coge un recipiente de cristal de tu elección y llénalo con sal gruesa. Colóquelo en el baño antes de ducharse. Después de la ducha, notarás que el espejo no se empañará, porque la sal habrá neutralizado todos los restos de humedad.