Pela una cebolla y pícala finamente junto con algunas hojas de perejil fresco. Reserva un poco de perejil.
Corta el tocino en trocitos pequeños y el pan en dados de aproximadamente 1 centímetro.
En una sartén, sofríe la cebolla y el tocino, agrega el perejil picado. Reserva.
Aparte, combina en un bol el huevo, la yema, la leche y la nata. Sazona con sal y pimienta y reserva.
Combina ambas preparaciones, añade la ralladura del limón, el pan rallado y la harina.
Mezcla con cuidado, sin apretar demasiado, cúbrela con una servilleta y deja la masa reposar 20 minutos.
Mientras tanto, llena una cacerola con agua y ponla a hervir para cocinar la albóndiga.
Coloca una servilleta de lino sobre la encimera, espolvorea por un lado con mantequilla y pan rallado, coloca la masa, apriétala con la servilleta y átala con cuidado en los extremos.
Ata la servilleta con hilo y cocina en agua hirviendo durante 45 minutos.
Una vez que haya pasado el tiempo de cocción, retira la albóndiga, abre la servilleta, úntala con mantequilla, espolvorea por encima pan rallado y luego perejil picado.
Deja enfriar y vuelve a envolver en una servilleta limpia. Guarda en el refrigerador hasta el momento de consumir, o colócala dentro de un recipiente para llevar a un picnic.