¡El hecho de que esta receta de rodajas de calabacín frito no solo sea fácil de preparar sino también sorprendente en términos de sabor muestra claramente por qué este es uno de los platos favoritos que querrás preparar dos veces por semana! Las rodajas de calabacín rebozadas con queso son un delicioso refrigerio, guarnición o incluso un plato principal ligero cuando se sirven con una ensalada fresca. Pasemos ahora a los detalles de cómo preparar rápida y fácilmente estas deliciosas rodajas de calabacín.
Dos calabacines de tamaño mediano, cortados en rodajas, son ingredientes imprescindibles.
ciento cincuenta gramos de queso rallado (elige un tipo de queso que se derrita bien, como mozzarella o cheddar).
150 gramos de harina 00
Dos huevos
Al gusto, incluyendo sal y pimienta
Para freír, aceite (son adecuados el aceite vegetal y el aceite de canola)
Preparación:
Para la masa, prepara:
empieza rompiendo los huevos en un bol grande y luego bátelos suavemente.
Cuando los huevos estén batidos añade el queso rallado y mezcla bien.
Agrega sal y pimienta al gusto y sazona con sal.
Para que la masa quede lo suficientemente suave y espesa como para cubrir el dorso de una cuchara, agregue gradualmente la harina a la mezcla de huevo y queso mientras revuelve. Continúe este proceso hasta que la masa esté suave. Puedes agregar un poco de agua o leche a la masa para cambiar la consistencia si queda demasiado espesa.
Empieza lavando los calabacines y luego córtalos en rodajas de aproximadamente un cuarto de centímetro de grosor. Para quitar el exceso de humedad de las rodajas de calabacín, sécalas con papel absorbente. Esto ayudará a garantizar que queden crujientes cuando se fríen.
Para calentar el aceite, vierte suficiente aceite en una sartén para que cubra completamente el fondo de la sartén, luego calienta el aceite a fuego medio.
Antes de comenzar a cocinar los calabacines, asegúrese de que cada rodaja de calabacín quede bien cubierta por ambos lados sumergiéndola en la masa.
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