Mi cuñada me prohibió asistir a la boda porque me despreciaba por ser pobre… Pero cuando el novio me vio, inmediatamente se inclinó ante él.

Mi cuñada me prohibió asistir a la boda porque me despreciaba por ser pobre… Pero cuando el novio me vio, se inclinó de inmediato y me llamó por un nombre que escandalizó a toda la familia. La verdad es que soy…

Jamás pensé que ese hombre sería el novio en la boda de mi cuñada.

Mi cuñada me prohibió asistir a la boda porque me despreciaba por ser pobre… Pero cuando el novio me vio, se inclinó de inmediato y me llamó por un nombre que escandalizó a toda la familia. La verdad es que soy…

Llevamos dos años casados. La familia de mi marido tiene tres hermanos, y él es el menor. Su hija mayor, Ate Hanh, es conocida por ser testaruda y presumida. Desde que me casé con su hermano, siempre me ha menospreciado.

Vengo de una familia humilde del campo. Mis padres son agricultores. Aprendí a ser independiente desde pequeña. Tras graduarme de la universidad, empecé a trabajar en el sector del diseño de interiores. Poco a poco fui ascendiendo hasta convertirme en directora de una empresa. Pero como vestía con sencillez y tenía una actitud humilde, nadie en la familia de mi marido sabía que yo era la jefa. Para ellos, solo era una «afortunada chica de pueblo que se casó con un hombre rico».

A menudo oía decir a Ate Hanh:

“No sé si nuestra familia tiene mucha suerte de que venga una mujer así. Mientras sepa cocinar, perfecto. ¿Pero dinero? Bueno, quizá no.”

Me limité a sonreírle. No tenía que demostrar nada. Pero el destino tiene una forma extraña de cambiar las cosas.

Una mañana, toda la familia anunció que Ate Hanh se casaba. Decían que era un hombre que trabajaba en el campo de la arquitectura y el diseño de interiores, un nombre muy conocido. Mamá estaba tan feliz que incluso me dijo:

“Prepara tu ropa elegante, ¿de acuerdo? Mañana iremos a casa del hombre a conocerlo.”

Pero antes de que pudiera responder, Ate Hanh salió y dijo fríamente:

“No hace falta. La gente de allí es toda rica. Si ven a alguien de provincia con ellos, hasta yo podría sentirme avergonzado.”

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