En nuestros acogedores hogares modernos, la idea de dormir en el suelo puede parecer desagradable o incluso absurda. Sin embargo, en Japón, esta práctica no solo está muy extendida, sino que también se considera muy beneficiosa.
Entonces, ¿por qué tantos hogares japoneses adoptan esta tradición centenaria? ¿Y qué lecciones podemos extraer de ella para mejorar nuestra sensación de comodidad? Alerta de spoiler: se trata de mucho más que simplemente ahorrar espacio.
Maximizar el espacio con un diseño inteligente
En Japón, donde el espacio habitable suele ser limitado, es fundamental aprovechar al máximo cada metro cuadrado. Ahí es donde entran en juego los tatamis.
Estas esteras tradicionales, elaboradas con paja de arroz prensada, no solo aportan una estética natural a una habitación, sino que permiten que cualquier espacio cambie de función fácilmente. Con un suelo de tatami, un dormitorio de noche puede convertirse en una sala de estar de día.
Cada mañana, los colchones delgados llamados futones se enrollan o se pliegan, creando instantáneamente un espacio de estar abierto y aireado.

Muchas casas japonesas también cuentan con calefacción por suelo radiante o sistemas de calefacción de alta eficiencia, lo que hace que estas estancias multifuncionales sean acogedoras incluso en los meses más fríos. El resultado es una casa que se siente espaciosa y cálida, independientemente de su tamaño.
Una opción más segura para los niños pequeños
A muchos padres les preocupa que sus hijos se caigan de la cama por la noche. En Japón, esa preocupación desaparece, ya que las camas suelen ser simplemente futones colocados directamente sobre el suelo.
Sin superficies elevadas desde las que caerse, los niños pequeños pueden rodar, gatear o estirarse libremente y de forma segura.
Este enfoque para dormir es práctico y tranquilizador. Ofrece tranquilidad a los padres, sabiendo que sus pequeños pueden moverse sin riesgo de lesiones mientras duermen.
Preparación en zonas sísmicas
Continúa en la página siguiente