Parecen amables, siempre dispuestos a ayudar, a decir las palabras adecuadas en el momento oportuno… Y, sin embargo, algo anda mal. Una vocecita interior te dice que estés alerta. ¿Y si esta persona no es tan sincera como parece? En un mundo donde las apariencias a veces priman sobre la autenticidad, no siempre es fácil detectar intenciones ocultas. Sin embargo, ciertas señales pueden alertarnos. Aquí tienes cuatro actitudes típicas que debes tener en cuenta para evitar caer en la trampa de las relaciones superficiales.
Su ayuda nunca es gratuita (aunque lo parezca).
Todos conocemos a alguien que ofrece ayuda… pero en el fondo espera algo a cambio. Reconocimiento, un favor futuro o incluso un cumplido público. Estas personas actúan bajo la apariencia de generosidad, pero en realidad, es su propio interés el que las guía. ¿Su motivación? Ser vistos, admirados y valorados. Como resultado, su amabilidad a menudo carece de sinceridad. Y cuando no consiguen lo que quieren, de repente se vuelven ausentes o indiferentes. La ayuda sincera, en cambio, no necesita ser el centro de atención. Simplemente se da sola, sin expectativas
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