En el amplio mundo de las frutas y los alimentos saludables, hay joyas escondidas que vale la pena redescubrir. Uno de estos tesoros es la algarroba, un fruto milenario, casi olvidado, pero con excepcionales propiedades nutricionales.
Esta fruta, tan querida por nuestros abuelos, ofrece numerosos beneficios para la salud y su renacimiento es un ejemplo perfecto de cómo las tradiciones culinarias pueden ser una preciosa fuente de sabiduría.
En este artículo exploraremos los beneficios de la algarroba y por qué deberíamos redescubrirla e incluirla en nuestra dieta.
Origen y apariencia del algarrobo
El algarrobo, conocido científicamente como Ceratonia siliqua, es el fruto del árbol del mismo nombre (algarrobo) perteneciente a la familia Fabaceae. Este árbol es originario de las regiones de la cuenca mediterránea y de Asia occidental.
La algarroba es un fruto con forma de vaina, de apariencia similar a un frijol, con pulpa dulce y fibrosa y semillas en su interior.
Valor nutricional de la algarroba
La algarroba es un alimento rico en nutrientes esenciales para la salud. Sus frutos contienen una amplia gama de vitaminas y minerales, entre ellos vitamina B, calcio, hierro, magnesio, potasio y zinc.
Además, es una fuente natural de fibra dietética, proteínas y antioxidantes.
Beneficios para la salud
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