¿Por qué poner los platos calientes directamente en la heladera?
La refrigeración de los alimentos no mata las bacterias, pero impide su proliferación y crecimiento. Por eso es esencial colocar los alimentos en el frigorífico lo antes posible después de haberlos cocinado o preparado. Esto se debe a que existe un intervalo de temperatura conocido como «zona crítica», entre 4°C y 60°C, que favorece el crecimiento y la multiplicación de las bacterias. Si los alimentos permanecen demasiado tiempo en este intervalo de temperatura, pueden contaminarse rápidamente.
Para evitarlo, es importante enfriar los alimentos lo antes posible y colocarlos en un lugar fresco, como un frigorífico a una temperatura de 4°C o inferior. Es importante tener en cuenta que la temperatura ideal de un frigorífico debe estar entre 0 y 5°C para garantizar la máxima seguridad al almacenar alimentos.
La frase «poner los alimentos rápidamente en la nevera» no significa necesariamente hacerlo inmediatamente. Esto es especialmente cierto en el caso de alimentos o platos que acaban de sacarse del horno o del fogón: deben enfriarse lentamente para que el proceso no favorezca el crecimiento de ninguna bacteria nociva. Si la comida se ha dejado a temperatura ambiente durante demasiado tiempo (entre 20 minutos y 2 horas) sin refrigerar, es mucho más probable que crezcan bacterias.
Para evitarlo, es preferible dejar que la comida se enfríe a temperatura ambiente, o acelerar el proceso de enfriamiento hasta que ya no desprenda vapor. Esto puede hacerse colocando el plato en recipientes poco profundos y extendiéndolo, para que se enfríe más rápidamente. Además, puedes colocar unos cubitos de hielo en el recipiente, y removerlos de vez en cuando, para ayudar a acelerar el proceso de enfriamiento.